tiempo, cuando Satanás parece atacarnos con más furia. Son ocasiones como estas cuando hay que resistir con más diligencia. Pablo agrega que habiendo logrado éxito en tales ocasiones, venciendo a los asaltantes, hay que mantenerse siempre en pie, alertas y preparados (quedar firmes). El cristiano vencedor nunca baja la guardia porque en el momento menos esperado el enemigo vuelve. Nunca nos deja en paz, aunque cada victoria sobre él lo deja debilitado. La victoria no está en el haber resistido al
Page 204